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Por: Dr. Yordan Martínez Aguilar, Departamento de Ciencia y Producción Agropecuaria, de Zamorano.

El término inglés “Publish or Perish” (publicar o perecer) ha marcado el rumbo de las publicaciones científicas en la actualidad, así como la forma de entender el arduo camino desde el comienzo de una investigación hasta la publicación científica. De una forma u otra las publicaciones científicas son utilizadas para evaluar la calidad científica de los profesionales (principalmente profesores universitarios e investigadores) y como uno de los indicadores para realizar el ranking mundial de las universidades. Además, es un medidor para optar por proyectos internacionales, crear redes científicas, y para ser admitidos en diversos puestos de trabajo, formaciones doctorales y postdoctorales de prestigio.

Estados Unidos fue el líder indiscutible de las publicaciones científicas, apoyado por excelentes equipos de trabajos internacionales, universidades, institutos, infraestructura, alto presupuesto, relación con empresas y las mejores revistas del mundo en todas las áreas del conocimiento. El presupuesto de EE. UU. para Investigación y Desarrollo representa aproximadamente el 2.74% del Producto Interno Bruto (PIB), siendo el más alto del mundo. Sin embargo, en el 2016 según la revista Nature, China se convirtió en el líder mundial de las publicaciones científicas, en ese año publicó 426,165 artículos científicos, con un gasto de 408,829 millones de dólares, lo que representó el 2.07% del PIB. No obstante, las publicaciones en las ciencias agrícolas representaron solo 2.2% (9,376 artículos), las mayores publicaciones correspondieron a las ingenierías (28.9%). Es importante destacar, que los países que más gastan en Investigación y Desarrollo son a su vez los países con las mejores universidades e institutos en el ranking mundial y poseen el mayor número de publicaciones científicas (Freimane y Balina, 2016; Tellefson, 2018).

El éxito de China está en la formación de los profesionales en el extranjero, en la creación de grupos de trabajos especializados en diversas áreas y en la estimulación monetaria de los profesionales. Un informe publicado en 2015 refiere que desde 1978 un total de 4.04 millones de estudiantes chinos habían estudiado fuera del país, y el 54.46% de ellos habían regresado para trabajar en su mayoría en institutos y universidades. Los destinos más populares son EE. UU, Canadá, la Unión Europea y Australia (Fang, 2016).

Por el contrario, en Latinoamérica los presupuestos para Investigación y Desarrollo son muy bajos, con excepción de Brasil (12 del ranking), México (24 del ranking), Argentina (35 del ranking) y Colombia (54 del Ranking). Según el Banco Mundial (2018) el presupuesto para los países centroamericanos es entre 0.04 a 0.42% del PIB, siendo Costa Rica el país que más gasta en este rubro. Este bajo presupuesto y el acceso limitado a las bases de datos internacionales compromete la generación de investigaciones científicas que puedan ser publicadas en las mejores revistas del mundo.

“Boom” de las revistas de Acceso Abierto

Aunque, actualmente con el “boom” de las revistas Open Access (OA), muchas revistas prestigiosas han dado el salto a esta nueva modalidad, sobre todo para ganar la mayor cantidad de lectores y citas y por el auge del sitio ruso Sci-Hub que sustrae las publicaciones científicas de editoriales prestigiosas como Elsevier y Springer. Según la revista Science, este reservorio pirata (Sci-Hub) contabiliza alrededor de 80 millones de artículos científicos, siendo EE.UU. el quinto país en descargas (Bohannon, 2016). Esto ha traído millonarias pérdidas a las editoriales y se han visto obligadas a que muchas revistas cambien a OA, aunque esto favorece el acceso a literaturas de interés, los costos por publicación son elevados entre 1000 a 3500 dólares, siendo precios prohibitivos para muchos países latinoamericanos. Como particularidad, en Brasil las mejores revistas en ciencias agropecuarias tienen costo de envío (25-100 USD) y por publicación por página editada (25 a 50 USD).

Por otro lado, por la presión o necesidad de los profesionales para publicar sus resultados, muchos utilizan editoriales espurias o depredadoras (predatory publishers), las características de estas revistas es una supuesta revisión por pares, altos costo por publicación y OA. Otros investigadores consideran que las revistas son medios para divulgar información científica y no se responsabilizan por los contenidos publicados en las mismas. Muchas universidades e institutos no consideran en la evaluación de los profesionales estas publicaciones, ya que demeritan el renombre de las instituciones.

El mayor interés de los profesores e investigadores es publicar sus trabajos científicos en revistas indexadas en la Web de la ciencia (Web of Science https://mjl.clarivate.com/), que son las revistas (24749) más visibles en el mundo y las tomadas en cuenta para escalar en el ranking. Este es un servicio en línea de información científica, suministrado por Clarivate Analytics (antes, de Thomson Reuters), integrado en ISI Web of Knowledge, WoK. Posee una inmensa base de datos que determina el factor de impacto de las revistas científicas, aunque archiva también libros y algunos congresos importantes.

Para calcular el Factor de Impacto (FI) de una revista se toma en cuenta el número de citas (A) y el número de artículos publicados para un periodo de dos años (B); FI=A/B. Se excluyen noticias, correspondencia, fe de erratas y cartas al editor. Esto significa que muchas revistas abogan por disminuir el número de publicaciones y seleccionar las más prominentes para elevar el número de citas y su vez el FI. En este sentido, Ca-A Cancer Journal For Clinicians (https://acsjournals.onlinelibrary.wiley.com/journal/15424863) en el 2019 tuvo un impresionante factor de impacto de 223.679, con 25 artículos publicados, 32,410 citas y un índice de rechazo del 90%, lo que la situó en el número uno a nivel mundial. Por lo general, las revistas dedicadas a los sectores de salud, ingenierías y ciencias básicas poseen los mayores factores de impacto, sobre todo por la calidad de las publicaciones, presupuesto, número de investigadores y revistas donde publicar.

Por el contrario, para las ciencias agropecuarias las revistas tienen un bajo FI, aunque en la última década se ha incrementado sustancialmente. En el último ranking (2019) en la categoría “Agriculture, Dairy and Animal Science” en el top 10, los FI oscilaron entre 2.322 a 6.091. Este ranking lo completan 62 revistas, donde predominan las revistas dedicadas a la avicultura (7), rumiantes (5) y reproducción animal (3). Asimismo, las revistas americanas dominan el ranking, aunque por primera vez dos revistas chinas se insertaron en el top 10, y la editorial Elsevier es la más visible. Latinoamérica tiene pocas revistas en esta categoría, con excepción de Brasil (2), Colombia (2) y México (1), coincidiendo con los países latinoamericanos que más aportan a la Investigación y Desarrollo.

Teniendo en cuenta esta diferencia en el FI por áreas, se ha abogado por considerar junto al FI, el cuartil donde la revista está ubicada, es decir el ranking por categoría se divide en cuatro cuartiles; este ranking y los cuartiles cambian cada año, considerando el FI (Journal of Citation Reports, JCR). Muchas revistas han sido eliminadas de esta lista, por un comportamiento anormal de las citas, así los editores revisan cautelosamente las referencias en aras de eliminar las auto-citas, el exceso de referencias que no sean en inglés y la literatura gris. En este sentido, son pocas revistas indexadas en WoS que publican en otros idiomas que no sea el inglés, así muchas revistas latinas han cambiado a la modalidad bilingüe. Hay que destacar que, para conocer el FI y el ranking de las revistas, los países o instituciones deben tener una suscripción pagada en la Web of Science, aunque de forma gratuita se puede acceder a las revistas indexadas.

Una pregunta frecuente es si ¿los investigadores latinoamericanos pueden publicar en esas selectas revistas?, teniendo en cuenta que las áreas agropecuarias tienen pocos fondos para las investigaciones, menor número de investigadores y pocas revistas indexas en WoS. Por supuesto, muchos latinoamericanos han podido plasmar sus investigaciones en esas revistas, aunque dependerá del presupuesto, dominio del idioma inglés, trabajo en equipo, alcance y novedad de las investigaciones. Muchos investigadores se asocian a científicos de reconocido prestigio con experiencia editorial, arbitral y con varias publicaciones científicas en el sector. En este sentido, Rodriguez-Navarro (2011) estimó que solo el 20% de los investigadores en países en vías en desarrollo son capaces de publicar en estas revistas científicas sin estar asociados a profesionales de países desarrollados.

Por otro parte, lo anhelado por las instituciones es diversificar las áreas temáticas e incrementar la relación de publicaciones por profesor o investigador. Un estudio en España encontró que las universidades más rankeadas tuvieron la mayor relación de artículos por profesor. Por lo general, en universidades de reconocido prestigio, el número de publicaciones depende de las categorías de los profesores; se estima que los profesores plenos (professor) deben publicar como mínimo entre 3 a 4 publicaciones por año, sirviendo preferentemente como corresponding author y los profesores asociados entre 2 a 3 artículos por año. Como caso exitoso, las publicaciones de impacto deben estar asociadas a equipos de trabajo multidisciplinarios y a estudiantes de pre y postgrado.

Otra pregunta controversial, es ¿cuántas publicaciones generan impacto real en la sociedad? Se considera que un impacto de un proyecto científico debe incluir factores económicos, técnicos, socioculturales, institucionales y medioambientales, medibles con indicadores cuantitativos y cualitativos. Según Garfield, creador de la Web of Science, muchas publicaciones, sobre todo las básicas y teóricas tienen aplicabilidad en el futuro, lo que es difícil visualizar un impacto real de la actividad científica en el presente y futuro (Vinkler, 2004). En el área agropecuaria, muchas soluciones a corto, mediano y largo plazo prescinden de investigaciones científicas, sobre todo porque en las áreas donde está implícito la biología las acciones deben ser inmediatas; a veces empíricas y teniendo en cuenta la experiencia del investigador.

Revolución del índice H

Por otro lado, en el 2005 el físico argentino Jorge Hirsch, de la Universidad de California, EE. UU. revolucionó al mundo científico con una fórmula para calcular la calidad y la productividad de los investigadores. Según Hirsch, un científico tiene índice h si el h de sus Np trabajos recibe al menos h citas cada uno, y los otros (Np – h) trabajos tienen como máximo h citas cada uno. Es decir, que es necesario publicar trabajos de calidad de forma recurrente. Muchos científicos consideran que el índice H se ha utilizado para predecir los premios Nobel (principalmente en física). Como críticas, un autor que se dedica a publicar review paper puede tener un índice H igual o mayor que un autor que publique solo artículos científicos, así muchos grupos de investigación publican entre 2 a 3 review paper por año en excelentes revistas para incrementar el índice H del equipo de trabajo, ya que los review paper son muy citados.

También, el autor mencionó que, en física, el índice H debe estar en correspondencia a los años dedicados a la investigación, aunque en ciencias médicas este índice tiende a ser más alto (Kosmulski, 2006). Para las ciencias agropecuarias en Latinoamérica, se considera como excelente un índice H entre 10 a 15. Muchas organizaciones calculan de diversas formas el índice H, por ejemplo, Google Académico considera todas las citas, incluyendo tesis, libro, reportes entre otros, sin embargo, la Web of Science y Elsevier considera solo las publicaciones en las revistas indexadas en cada grupo editorial por  cada base de datos.

El índice H es medidor indiscutible para determinar la visualización de las publicaciones, por lo menos en el ámbito científico, el reto de las universidades Latinoamericana es apoyar o seguir apoyando las investigaciones, con presupuesto para este rubro, relación con la industria, con la creación de grupos de trabajos, acceso a las mejores bases de datos, en la selección de los líderes científicos para conducir los procesos investigativos y tener un plan estratégico bien definido de cuales investigaciones pueden generan el mayor impacto en el presente y futuro.

Los estudiantes de pregrado y postgrado en Zamorano son la base fundamental para la generación de conocimiento y su socialización a través de artículos científicos que contribuyan a la solución de problemas asociados a la actividad agropecuaria en América Latina y el Caribe. Además, su inserción en la ciencia fomenta la construcción y consolidación de la investigación formativa, lo que permitirá tener una visión actualizada de la ciencia en su entorno. Lo anterior, también contribuirá a la visibilidad de los resultados científicos de la Universidad Zamorano, en las mejores revistas. La consolidación de este propósito es posible mediante la creación de grupos de trabajo conformados por profesores, investigadores, graduados, estudiantes con énfasis en investigaciones prácticas y aplicadas, como parte del quehacer académico de la institución.

Agradecimientos

Se agradece a las doctoras Carmen Alicia Parrado (IAD) y Carolina Avellaneda (CPA) por la revisión de este artículo blog.

Referencias

¿Cuántos estudiantes chinos estudian en el extranjero? 2015. https://mba.americaeconomia.com/articulos/notas/cuantos-estudiantes-chinos-estudian-en-el-extranjero

Banco Mundial. 2018. Gasto en investigación y desarrollo (% del PIB). https://datos.bancomundial.org/indicator/GB.XPD.RSDV.GD.ZS

Bohannon, J. 2016. The frustrated science student behind Sci-Hub. 511-511.

Freimane, R., & Bāliņa, S. 2016. Research and development expenditures and economic growth in the EU: A panel data analysis. Economics and Business, 29(1): 5-11.

Rodríguez-Navarro, A. (2011). A simple index for the high-citation tail of citation distribution to quantify research performance in countries and institutions. PLoS One, 6(5): e20510.

Tollefson, J. (2018). China declared world’s largest producer of scientific articles. Nature, 553(7689).

Samaniego Erazo, G. 2014. Presencia en la Web 2.0 de las universidades en función del ranking Webometrics. Didáctica, innovación y multimedia, 29: 0001-12.

Vinkler, P. 2004. Characterization of the impact of sets of scientific papers: the Garfield (impact) factor. Journal of the American Society for Information Science and Technology, 55(5): 431-435.

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