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Pese a los efectos de la pandemia Covid19, tomando las medidas de bioseguridad requeridas, estos zamoranos enfrentaron la realidad y salieron adelante. Lograron que su café hiciera historia en Sudamérica y se cotizara por encima de los 70 dólares la libra en el mercado internacional. “Tuvimos que ser más inteligentes para tomar buenas decisiones y ubicar bien la cosecha 2020”, indicaron.

Decididos a hacer producir la hacienda de sus padres, los hermanos Ramiro Gerardo y Fabricio Enrique Coronel Pilco, clase 2013 y clase 2015 respectivamente, decidieron asumir riesgos y emprender varios proyectos agrícolas. Aunque el café estaba contemplado en su esquema de producción, nunca les pasó por la cabeza especializarse en el rubro. Hoy han alcanzado el éxito gracias a la variedad de café de especialidad que producen y ofrecen al mercado nacional e internacional.

Como lo habían visualizado, tras graduarse de Zamorano, comenzaron las labores en Hacienda La Florida, situada a las espaldas del volcán Jatumpamba en Sozoranga, provincia de Loja, Ecuador. La propiedad cuenta con suelos fértiles que se extienden sobre 120 hectáreas de un bosque seco tropical primario, único en el mundo. Conscientes de la riqueza natural con que contaban, su primer paso fue caracterizar los suelos para conocer sus aptitudes y destinar la propiedad a varios proyectos agrícolas que se habían planteado. Entre los proyectos puestos en marcha destacan los acuícolas, ganaderos, avícolas, porcinos, ciclo corto, frutales y una fábrica para la elaboración artesanal de panela con caña de azúcar.

Sin embargo, la actividad que más pronto les ha brindado galardones y reconocimiento en su país y en el extranjero ha sido el café de especialidad, que cultivan sobre siete hectáreas de una biosfera única que impacta fuertemente en la calidad del grano tanto en densidad como en complejidad de sabores. Esa combinación del cafetal situado bajo la sombra del bosque está enmarcada dentro de una agricultura racional que mezcla tecnología con producción sostenible, aseguran ambos agrónomos.

El esfuerzo emprendido en el rubro caficultor les permite actualmente contar con la plantación de tres variedades de café; Catucai rojo y amarillo, Typica mejorado (Heirloom) y Bourbon Sidra (Heirloom). Cada variedad se comporta diferente y tiene que ser tratada de acuerdo con sus requerimientos para que exprese todo su potencial genético. «Para ello es importante conocer el suelo, agua y la biosfera que lo rodea, ya que nuestra producción la destinamos en su mayoría al mercado de los cafés especiales. Nos enfocamos más en los protocolos de calidad que en la producción masiva o de volumen para lo cual se manejan puntos de vista muy distintitos”, manifestaron.

 Reconocimiento internacional

El enfoque en la calidad ha derivado en una producción de excelencia, que ha llevado a cotizar la libra del café en 70.25 dólares en subasta internacional, lo que constituye un precio récord a nivel de Sudamérica. “Es la primera vez que participamos en concursos donde premian la calidad a nivel nacional. Nos llevamos el primer, quinto, sexto y quinceavo puesto con cuatro lotes, destacando entre 114 participantes. Todos esos lotes se subastaron”, comentaron en referencia a la participación que hicieron en el concurso Taza Dorada que organizó la Asociación Nacional de Exportadores de Café (Anecafé) de Ecuador.

La calidad de su café de especialidad no solo ha sido premiada en su país, ya que a inicios del 2020 la cosecha del 2019 de la variedad Catucai alcanzó el primer lugar en las categorías barismo y elaboración en el Campeonato Nacional de Barismo de Italia. El café fue utilizado por BUGAN COFFEE LAB importador de café verde que adquirió el producto a través de MAKICUNA COFFEE uno de los clientes de estos zamoranos en Europa.

“Esperamos en unos años sorprender al mundo con cafés de Sozoranga, la provincia de Loja y el Ecuador entero. Sabemos que la cosecha irá aumentando gradualmente hasta alcanzar la madurez de la planta, donde estimamos producir 25 quintales de café exportable por hectárea. Seguimos creciendo, sembrando más café y asesorando a pequeños productores y a productores de cafés especiales reconocidos para tener un volumen más atractivo para nuestros compradores. El anhelo es que la sociedad crezca y se contagie de esta sed de trabajo y progreso”, apuntaron Ramiro y Fabricio.

Aseguran que Zamorano los cambió en la manera de ver la vida y en la manera de relacionarse con las demás personas, especialmente con sus colegas. “Todas las decisiones que hemos tomado han sido acertadas gracias a la formación técnica y científica. Las bases cimentadas por la universidad tanto hacia el trabajo como al estudio se mantienen y crecen cada día más”, finalizaron.

¡Gracias a nuestros amados padres por darnos la oportunidad de ser zamoranos!

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