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Autor: Dr. Raúl Arturo Soto Díaz
Profesor Asociado, Departamento de Administración de Agronegocios
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La ética es la rama de la filosofía que estudia lo correcto o equivocado del comportamiento humano. Se define como la actividad de examinar los estándares morales de la sociedad y de preguntarse cómo se aplican éstos a la vida de las personas y si se hallan sustentados por buenas o malas razones (Velásquez, 2000).

Los principios éticos empresariales vinculan las razones del ser o existir de una organización con la forma en que esta desempeña su función en la sociedad, integrando valores como honestidad, confianza, respeto y justicia. A pesar de que estos valores deben practicarse en las empresas, no siempre son considerados para la toma de decisiones (Soto y Cárdenas, 2007).

Con el advenimiento de las teorías administrativas enfocadas en las personas y las relaciones humanas, a partir de mediados del Siglo XX empezaron a realizarse diversos estudios que ponían de manifiesto la compatibilidad entre las actuaciones éticamente correctas y las empresas exitosas. Posteriormente se dio un paso más, señalándose la necesidad de la ética para el logro de la excelencia profesional. Los valores éticos y, concretamente, el respeto a las personas y un auténtico espíritu de servicio están desde entonces en la base de las empresas que destacan por sus buenos resultados.

Más recientemente, se han presentado nuevas investigaciones que refuerzan la idea de que existe una elevada correlación entre una actuación ética muy exigente y los altos beneficios alcanzados por las empresas. (Mele, 1997).

Foto: www.sladeglobal.com

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Independientemente de su giro de negocios o su plaza comercial, las empresas tienen la obligación de actuar apegadas a valores morales y a tener una clara posición de responsabilidad ética-empresarial hacia la sociedad. La decisiones de la empresa, éticas o no, tienen implicaciones a largo plazo. El actuar sin valores morales puede ser altamente rentable, pero si la sociedad valora un nicho no ético por su alta rentabilidad, tanto la vida de la sociedad como la de la empresa están en precario.

En contraste, cuando la actividad empresarial, por ejemplo, mantiene una preocupación constante por los empleados (capital humano e intelectual, calidad y clima organizacional, remuneración justa, liderazgo positivo, calidad de vida en el trabajo y fuera de él, sentido de familia, incentivos adecuados, seguridad) proporcionándoles dignidad y respeto, estos estarán motivados para imprimir su mejor esfuerzo en cada tarea que les sea encomendada. Este estado de ánimo es en sí mismo una cuestión ética.

En muchas empresas inmersas en la vorágine comercial actual la competencia implacable y la falta de tiempo para todo facilita que los gerentes caigan en la equivocación de considerar a sus trabajadores no como personas sino como recursos.

Como lo dice Rosenzweig, el empleo es un bien escaso y el trabajo es una necesidad natural para la gran mayoría de las personas. Pero simultáneamente, el trabajo constituye también una de las principales fuentes de realización personal. Otorga dignidad al hombre, le brinda sentido de pertenencia, de responsabilidad y de ser útil.  En la medida que se considere la realidad laboral desde el punto de vista de una necesidad dignificante del ser humano, se verá al trabajo bajo un profundo sentido de solidaridad.

La ética es un valor intrínseco de toda actividad económica y empresarial puesto que cualquier actividad empresarial incluye al ser humano. La ética es una exigencia que se hace más significativa mientras mayor es la complejidad social. Si la ética se encuentra inserta en toda actividad empresarial, no puede ser considerada como un valor agregado sino como un valor implícito (Perez, 2009).

La ética de los negocios es un estudio de normas morales y de cómo éstas se aplican a los sistemas y organizaciones a través de los cuales las empresas modernas producen y distribuyen bienes y servicios y a la gente que trabaja dentro de esas organizaciones. La ética de los negocios es en otras palabras una forma de ética aplicada y comprende no solo el análisis de las normas y los valores morales, sino que también trata de aplicar las conclusiones de ese análisis a la serie de instituciones, tecnologías, transacciones, actividades y procedimientos denominados negocios (Blanchard y O’Connor, 1997).

Los valores éticos están en la base de las empresas que destacan por sus buenos resultados. La ética no es solo un tema para especialistas, es parte viva de la realidad empresarial y una necesidad para todos sus miembros (Peters y Waterman, 1982).

Las universidades están llamadas a formar a los empresarios del futuro y por ende juegan un papel muy importante en el reforzamiento del pensamiento y el comportamiento ético de sus estudiantes. A lo largo de su historia, la Escuela Agrícola Panamericana, ZAMORANO se ha caracterizado siempre por imprimir un alto sentido ético en sus estudiantes y estamos plenamente comprometidos a sostener ese compromiso con nuestras futuras generaciones de graduados.

Referencias Bibliográficas

  1. Soto, E. y Cárdenas, J. (2007). Ética en las organizaciones. México. McGraw Hill.
  2. Velásquez, M. (2000). Ética en los negocios: conceptos y casos. México. McGraw Hill.
  3. Rosenzweig, P. (2007). Business delusions that decieve managers. Estados Unidos. Free Press.
  4. Melé, D. (1997). Ética en la Dirección de Empresas. España. Ediciones Folio.
  5. Perez, R. (1999). Ética empresarial: temas y casos. México. Ediciones RIALP.
  6. Blanchard, K. y O´Connor, M. (1997). Administración por valores. Colombia. Grupo Editorial Norma.
  7. Peters, T. y Waterman, R. (2006) In search of excellence. Estados Unidos. McKinsey.
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