En 2018 la Embajada de Estados Unidos en Haití reconoció la labor de Chántale en beneficio de varias comunidades vulnerables a la sequía en los departamentos Noreste y Central Plateau.
Zamorano cambio su vida asegura Chántale Undate, clase 2005, al otorgarle una beca completa para cumplir su sueño de estudiar una carrera universitaria, que parecía difícil de lograr por la falta de recursos de sus padres para pagar sus estudios de pregrado. Hoy lucha contra el hambre y la desnutrición en su país, Haití, desde su cargo como especialista en gerencia de proyectos en la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés).
La enseñanza zamorana le abrió la puerta al mundo y fue la base que marcó su éxito profesional, sostiene, no sin antes agradecer a Dios y a todas las entidades que le apoyaron para cumplir sus metas, en especial a la Fundación Kellogg, que fue la institución que dio los fondos a Zamorano para que se le otorgará el financiamiento completo que le permitió graduarse como ingeniera en agronomía.
A Chántale la atrajo las carreras que ofrece la universidad, la vida estudiantil, los valores que promueve como el trabajo. “El trabajo todo lo vence”, es una frase que nunca olvidará, que aplica a diario y que le recuerda lo importante que es hacer todo bien y dar lo mejor para alcanzar cada objetivo.
Comprometida con las comunidades vulnerables
Tras graduarse, Chántale regresó a su país, a trabajar por el bienestar de sus compatriotas, comenzando su recorrido profesional en programas de desarrollo con organizaciones internacionales, ese deseo de ayudar a los suyos la motivó a seguir un posgrado y en 2011 viajó a Taiwán para estudiar una maestría en administración, tras culminarla, volvió a Haití para seguir con sus actividades profesionales desempañándose como especialista en gerencia de proyectos con USAID para la oficina Food for Peace (FFP).
Desde la FFP, oficina que trabaja para reducir el hambre y la desnutrición, vela para que todas las personas tengan alimentos adecuados, seguros y nutritivos para mantener una vida saludable y productiva, la oficina también brinda asistencia humanitaria en caso de desastre. “Es una buena experiencia, he podido ganar muchos conocimientos y habilidades en el sector de la seguridad alimentaria y también en preparación, respuestas y recubrimiento después de un desastre”, expresa.
Por el trabajo desarrollado desde la FFP Haití, la Embajada de Estados Unidos, la homenajeo en 2018 con un reconocimiento por su desempeño en monitorear e informar sobre la situación de sequía que enfrenta ese país. “Como resultado la oficina de FFP Washington otorgó a la FFP Haití, ocho millones de dólares para ayudar a los haitianos que sufren el impacto de la sequía en el departamento Noreste y Central Plateau. Estoy muy agradecida y me sentí muy orgullosa de poder contribuir en el mejoramiento de la seguridad alimentaria de esas personas vulnerables”, manifestó.
Esta graduada zamorana, reafirma su compromiso con los haitianos, y su plan es seguir apoyando a las comunidades vulnerables, por lo que planea fortalecer sus conocimientos y experiencias en Gestión de Riesgo y Desastre a través de una especialización en esa área, ya que “Haití es uno de los países más vulnerables del mundo a los desastres naturales y con el cambio climático nuestra vulnerabilidad se va empeorando. Durante los últimos años hemos sido impactados, por lo tanto, hay una gran necesidad para reducir riesgo y reforzar la resiliencia de las comunidades”, agrega.
Otro punto importante para Chántale, es su deseo de ayudar a los jóvenes que buscan estudiar en su alma máter, institución a la que sigue ligada tras 14 años de haber egresado, ya que se desempeñó como miembro del anterior comité de la Asociación de Graduados de la Escuela Agrícola Panamericana (AGEAP-Haití), en la actualidad apoya en la realización de los exámenes de admisión de Zamorano en ese país, y brinda apoyo financiero a haitianos con dificultades para ingresar a esta universidad.
