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Doctor Wolfgang Pejuan,
Profesor Asociado
Departamento de Agronegocios
[email protected] 

En medio de los múltiples riesgos que afronta el agricultor, el seguro agropecuario por índice climático es una herramienta que puede ayudar a sobrellevar el riesgo climático y apoyar al desarrollo del sector agropecuario de Honduras. Esta herramienta convierte una limitante de los productores en un mercado de transferencia de riesgo para que escojan la tecnología que más les convenga, reduciendo los obstáculos que los mantienen en la trampa de la pobreza. El seguro por índice climático sobrepasa muchos de los problemas que tienen los seguros agropecuarios tradicionales en los países en desarrollo, y su uso futuro constituye en Honduras un aporte viable al desarrollo del sector productivo. Sin embargo, el desarrollo de la capacidad técnica en el país y la participación de los sectores privado y público son necesarios para la adopción de estos mecanismos del manejo del riesgo en el campo.

Los riesgos de producción, de mercado y del entorno socio-económico son los que afrontan los productores del agro hondureño. Estos riesgos incluyen clima, plagas, enfermedades, variación de precios, asuntos laborales, cambios en tasa de interés y tasa cambiaria, y regulatorios, entre otros. Cada uno de estos riesgos se maneja de distinta manera utilizando contratos a plazo, integración vertical y, en lugares que estén disponibles, contratos a futuro y opciones. Para el manejo del riesgo en el entorno socio-económico se analiza la información económica y financiera, el uso de incentivos y la inversión en capital humano. Finalmente, para los riesgos de producción, se utilizan herramientas como mejores prácticas de manejo, diversificación, ahorro en buenas cosechas (auto-seguro) y el seguro agropecuario (transferencia de riesgo).

El clima es el riesgo más importante que enfrentan los productores de granos básicos en Honduras. El seguro agropecuario podría ser un mecanismo clave para que los productores manejen este tipo de riesgo.  En Honduras, existen varios tipos de seguro: a) seguro de inversión con ajuste a cosecha o recolección; b) seguro individual por planta; y el reciente aprobado por la Comisión Nacional de Bancos y Seguros c) seguro pecuario. Cada uno de estos contempla el riesgo de producción de diferente forma y cubre siniestros relacionados al clima y biológicos. Los relacionados al clima incluyen la precipitación (i.e., inundación, exceso de lluvia, sequía, granizo, anegamiento), viento (i.e., huracanes, ciclones, vientos fuertes) y temperatura (i.e., bajas temperaturas, heladas). Finalmente, los biológicos consideran eventos de no emergencia de la semilla por anegamiento del suelo. Al adquirir un seguro es importante saber exactamente cuales siniestros cubre la póliza debido a que varían de una a otra y no se cubren todos los riesgos.

El seguro agropecuario es una herramienta de transferencia de riesgo de los productores a la aseguradora que está dispuesta a asumir de manera calculada el riesgo de ocurrencia de un siniestro a cambio de una prima. El seguro reduce los efectos de la aversión al riesgo del productor al hacer más homogéneos los ingresos de este a través del tiempo. Adicionalmente, el seguro agropecuario vinculado al servicio de crédito podría apoyar a los pequeños productores a acceder a tecnologías avanzadas y hacer frente a ambas limitantes al desarrollo, el acceso a crédito y aversión al riesgo. Es decir, el seguro agropecuario apoya a salir de la trampa de la pobreza al interrumpir el círculo vicioso de no invertir en tecnologías mejoradas por la aversión al riesgo o por no acceder al crédito, y no tener mayores ganancias por no invertir en mejores tecnologías.  De esta forma, la limitante del productor a utilizar nuevas tecnologías por no tener acceso a crédito, lo ayuda a sobrellevar el seguro, y de esta manera se transforma la limitante al desarrollo, en un producto que es regido por los incentivos de mercado. No obstante, las aseguradoras enfrentan problemas de selección adversa y riesgo moral que hace ineficiente este mercado, especialmente con el seguro tradicional. La selección adversa genera una concentración de productores riesgosos y eventualmente primas más altas.  Con el riesgo moral, los productores realizan acciones que incrementan la probabilidad de recibir una indemnización. Sin embargo, el seguro por índice tiene ventajas en sobrellevar estos problemas.

Este seguro se basa en un índice relacionado a las pérdidas de los agricultores pero no de una forma directa como lo es el seguro tradicional.  Adicionalmente, la información en la que se basa el índice es disponible al público. Esas dos características hacen que el seguro por índice reduzca sus problemas de riesgo moral y selección adversa.  Por otro lado, los costos de transacción disminuyen por no tener que realizar las inspecciones de pérdida que se realizan en los seguros tradicionales.  El seguro indemniza según lo pactado en la póliza basado en el índice. El problema más común en el seguro por índice en relación al seguro tradicional es el riesgo base. Este riesgo es debido a la posibilidad de que las indemnizaciones no concuerden con la pérdida sostenida por el agricultor y genera descontento cuando sucede.  Es por eso que el desarrollo del producto del seguro se debe realizar de forma participativa con los productores en el campo.

En Honduras se han tenido importantes avances en este tipo de seguros a través de proyectos financiados por el Banco Interamericano de Desarrollo con apoyo técnico del Banco Mundial, y también con un proyecto de la Universidad de Columbia. En este último proyecto, Zamorano ha tenido un rol activo como colaborador local en el desarrollo de los modelos de seguros por índice climático. A pesar de los esfuerzos relacionados, aun no hay un producto de seguro por índice al servicio de los productores. Las limitantes que se tuvieron al inicio con seguros por índice climático son la carencia de información histórica del clima y la falta de estaciones meteorológicas en los lugares de producción agrícola. Sin embargo, con la nueva metodología que utiliza datos satelitales se solventa este problema y es posible generar modelos relativamente precisos para estimar la intensidad de la sequía como ha sido el caso en el proyecto de la Universidad de Columbia en Honduras y a nivel internacional.

Para que el sector agrícola avance en la aplicación de nuevas tecnologías que permite una producción más sostenible, es inevitable la expansión de los seguros agropecuarios. Las iniciativas desarrolladas durante los últimos años proveen importantes pautas para el desarrollo y la implementación de nuevos seguros agropecuarios que son atractivos tanto para el productor como para la empresa aseguradora. Es necesario apoyar esfuerzos donde se fortalezca la capacidad de los técnicos del país para manejar este tipo de seguros y que el sector público y privado trabajen para hacer disponible en el mercado estos productos.

Zamorano sigue comprometido con la investigación y vinculación con la comunidad, e incita al sector público y privado a colaborar en estas iniciativas a través del Departamento de Agronegocios.

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