Organizaciones de desarrollo, líderes de grupos productores del occidente de Honduras y miembros de la comunidad académica se reunieron para discutir cómo involucrar por igual al hombre y a la mujer en actividades agrícolas del país. Esta discusión se realizó en el marco del Taller sobre Género y Agricultura en Honduras el cual es parte del proyecto de investigación Las Mujeres en las Redes Agrícolas en Honduras, ejecutado por Zamorano en coordinación con Penn State University. Este proyecto es apoyado por el Laboratorio de Innovación en Horticultura, con fondos de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) como parte de la iniciativa global Feed the Future del gobierno de los Estados Unidos apoyando la seguridad alimentaria y luchando contra hambre.
Hoy en día, la palabra género es muy sonada, sin embargo, aún sin ver agendas políticas, es evidente que la exclusión femenina de la vida económica de las comunidades ha generado un estancamiento en el desarrollo integral de las naciones, especialmente aquellas en vías de desarrollo. Este estancamiento tiene factores muy complejos. De hecho, existen patrones culturales que limitan profundamente la participación de la mujer en temas de economía y producción de las comunidades por lo tanto dan lugar a que no se invierta en la educación de las niñas o mujeres.
La Dra. Janell Larson, de la Penn State University, comparte que, ante estudios que ya afirman que el hombre y la mujer poseen un mismo grado de capacidad laboral, lo que se necesita es lograr que tanto gobiernos estatales como organizaciones no gubernamentales apoyen el desarrollo de la mujer hasta alcanzar su potencial. Cuando la mujer cuenta con la educación, el acceso a recursos y participa en toma de decisiones en su comunidad, se vuelve junto al hombre un efectivo catalizador de cambio. El empoderar a una mujer para el bien de la sociedad presupone que podrá tomar las mejores decisiones para su bien personal, contribuyendo fundamentalmente al desarrollo de las naciones.
Este taller evidencia la riqueza de conocimiento que se genera cuando la academia, organizaciones de desarrollo y productores agrícolas se reúnen para intercambiar experiencias con el fin de “producir información confiable para la toma de decisiones responsables,” explica Dr. Lansdale, rector de ZAMORANO. Nora Martinez y María Ramírez, por ejemplo, viajaron desde Copán representando a OCDIH (Organismo Cristiano de Desarrollo Integral de Honduras), con el fin de articular los retos sociales que afectan a mujeres en su entorno y así ofrecer perspectivas reales y frescas sobre el tema de género en las comunidades rurales de Honduras.