Escrito por: Rina Fabiola Díaz,
Fotos: Lilian Ferrufino y Rina Fabiola Díaz
Stenocereus pruinosus (Otto ex Pfeiff.) Buxb. (Cactaceae)
Los cactus son un grupo de plantas originarias del continente americano, particularmente de las zonas áridas, aunque también habitan en bosques húmedos (1). Se les encuentra en diferentes formas y tamaños y representan una de las familias botánicas más peculiares por sus diferencias con otras plantas, como sus hojas modificadas por espinas, sus tallos verdes fotosintéticos y su gran capacidad de adaptación a las condiciones del medio en el que habiten (6).
Existen alrededor de 2,000 especies que se distribuyen desde Canadá hasta la Patagonia (2), de las cuales México alberga la mayor variedad y endemismo y por eso son representativas de su cultura (1). Dentro de esta variedad se encuentra Stenocereus pruinosus, un cactus de crecimiento columnar que alcanza entre 1.8 y 7 metros de altura. Es una planta de terrestre cuyas espinas miden 1 centímetro en promedio (3).
Flor de Stenocereus pruinosus
Sus flores son de color blanco, infundiliformes, pueden medir hasta 12 centímetros y abren durante la noche. La floración se da entre mayo y junio, aunque también pueden observarse flores entre diciembre y enero. Su fruto es de pulpa carnosa, el color puede variar entre rojo, púrpura y anaranjado verdoso (6). Como la mayoría de las suculentas, esta especie soporta la ausencia de agua por la acumulación de reservas en sus grandes tallos (4).
En Honduras esta planta es llamada comúnmente “tuna” y en Guatemala se le conoce como “tuno“, “órgano” y “guanojo” (6). En México se conoce como “pitaya de mayo“, país en el que S. pruinosus se cultiva de manera tradicional ya que su fruto es comestible y con alto valor comercial por su sabor dulce (3).
Honduras también presenta regiones con alto consumo del fruto durante la estación de producción. Los frutos se consumen crudos, preferiblemente maduros ya que en esta etapa las espinas caen con facilidad, sin embargo es recomendable raspar la fruta con un cuchillo para eliminar todas las espinas luego se hace un corte en forma de cruz en la parte superior del fruto y se pela como si fuera un banano para comer la pulpa. La fruta también se utiliza en la preparación de jaleas, refrescos y charamuscas (refresco congelado) (7).
Igual que en otras especies de cactáceas, las espinas sirven como mecanismo de defensa, por eso S. pruinosus también es utilizado como barrera viva en la construcción de cercas (5). Las personas colocan estacas alrededor de sus huertos o cultivos y cuando crecen evitan el paso de animales como caballos y vacas ya que esta especie es muy espinosa y densa (7).
En varios sectores de ZAMORANO se puede observar este cactus. Una planta con gran potencial para construir una pequeña industria con el aprovechamiento de su fruto.
Referencias
- Bravo, H. Las cactáceas de México. Imprenta Universitaria. México.1937. pág. 755.
- Rosales Bustamante, E P, Luna-Morales, C. del C. y Cruz-León, A. 2009. Clasificación y selección tradicional de pitaya (Stenocereus pruinosus (Otto) Buxb) en Tianguistengo, Oaxaca y variación morfológica de cultivares. Rev. Chapingo Ser.Hortic, Vol. XV. ISSN 1027-152X.
- Martínez-González, J. C. y Bonilla B., J. J. 20015. Situación de la pitaya de mayo Stenocereus pruinosus (Otto) Buxbaum en tres localidades de la Mixteca Baja. Revista de Geografía Agrícola, núm. 34, enero-junio, pp. 75-90. ISSN 0186-4394.
- Cronquist, A. 1977. Introducción a la Botánica. 2nd. Compañía Editorial Continental. México. pág. 848.
- Rivera-García, I. y Romero-Soler, K. 2014. ¡Alerta! Peniocereus canoensis P. House, Gomez-Hin. E.T. Hm. Hern., una cactácea hondureña en grave peligro de extinción. Desde el Herbario CICY 6: 37–40.
- Veliz, M. E. 2008. Las cactáceas de Guatemala. San Carlos. Litografías Modernas S.A. 128 p. ISBN 99922-2-551-3.
- House, P. 2009. Estudio de la variabilidad morfológica y efectividad de polinización, en poblaciones cultivadas silvestres de Stenocereus pruinosus en el Municipio de Vado Ancho, Departamento de El Paraíso. Prografip. Tegucigalpa. 28p. ISBN 978-99926-762-5-7
