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Escrito por: Lilian Ferrufino
Fotos:Lilian Ferrufino y Rina Díaz


Crescentia alata y Crescentia cujete son dos especies arbóreas que se ubican en la familia Bignoniaceae. Crescentia alata está distribuida desde México hasta Costa Rica, en el bosque tropical seco. Sin embargo, Crescentia cujete tiene una distribución más amplia que del Caribe, México, Norte y Sur de América, introduciéndose en África (Pool-Chalé, 2014).

Crescentia alata es conocida comúnmente con varios nombres comunes: Jícara, morro, sacaguacal y xicara (El Salvador); morro o jícaro (Honduras); jícaro, jícaro sabanero (Nicaragua); jícara, jícaro, me, pupa, tiquí (Costa Rica) (Chizmar et al. 2009; Cordero & Bosnier, 2003). En tanto que Crescentia cujete es llamado usualmente: higüero (Puerto Rico); güira (República Dominicana); calabaza (Cuba); taparo (Venezuela); mate, pilche (Ecuador); huingo (Perú); bassenboon (Surinam); cuite (Brasil); calabash, calabash-tree (Estados Unidos), jícaro, jícara, morro, guacal, calabacero totumo (América Central), cujete, cirián, y tecomate, guaje (México) (Pool-Chalé, 2014).

zamorano-jicaro-morroEl fruto del jícaro y jícara posee un exocarpo llamado cáscara, es muy duro y ha sido usado desde la época prehispánica así como la pulpa. La cáscara del jícaro o morro ha sido usado para hacer utensilios de cocina, instrumentos musicales como las maracas, cucharas, platos hondos, cumbas, calabazos, huacales, juguetes, recipientes para colectar leche y tomar bebidas. Mientras que la cáscara de la jícara ha sido utilizada para cantimploras (Cordero & Bosnier, 2003) y elaboración de vasijas, como recipientes para colocar dulces (Pool-Chalé, 2014).

La pulpa de ambas especies es usada para preparar una bebida llamada horchata, que también lleva las semillas del jícaro, arroz y azúcar, que en algunas regiones de Centroamérica se toma en los huacales. La pulpa también ha sido usada en alimento para ganado (Zamora et al. 2001). De las semillas del jícaro se extrae una miel que posee usos medicinales para asma, bronquitis y afecciones respiratorias (Chizmar et al. 2009); así como las flores para el dolor de oído, la corteza para la tos y erupciones cutáneas, y las hojas para la caída de cabello (Solares, 2004).

Además, estas especies han sido usadas como especies de sombra y ornamentales en parques y jardines, en particular como soporte de epifitas, como orquídeas y bromelias (Chizmar et al. 2009).

Literatura citada

Chizmar Fernández C. (junto a once co-autores). 2009. Plantas comestibles de Centroamérica. Instituto Nacional de Biodiversidad: Santo Domingo de Heredia, Costa Rica. 369 pp. ISBN 978-9968-927-42-0. En línea: http://www.inbio.ac.cr/webca/biodiversidad/regional/PlantasComestibles CA-VE.pdf)

Cordero, J. & Boshier, D.H. 2003. Árboles de Centroamérica: un Manual para Extensionistas. Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza. 1079 p.

Pool-Chalé, M.R. 2014. La jícara y sus usos tradicionales en Yucatán, una vasija hecha del fruto de Crescentia cujete L. (Bignoniaceae). Desde el Herbario CICY 6: 116–118.

Solares A. F. 2004. Etnobotánica y usos potenciales del cirián (Crescentia alata H.B.K.) en el Estado de Morelos. Polibotánica

Zamora S., García J., Bonilla G., Aguilar H., Harvey C. y M. Ibrahim. 2001. Cómo utilizar los frutos de Guanacaste (Enterolobium cyclocarpum), guácimo (Guazuma ulmifolia), genízaro (Pithecellobiug saman) y jícaro (Crescentia alata) en alimentación animal. Agrofestería en las Américas 8: 45–49 pp.

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