Por: Stephany Lanza, consultora en nutrición y Adriana Hernández, Profesora Asociada de Nutrición y Seguridad Alimentaria, Departamento de Agroindustria Alimentaria.
En las últimas décadas la obesidad ha venido aumentando hasta presentarse en alrededor de 800 millones de personas y con millones más en riesgo, según la Federación Mundial de la Obesidad1. Es un problema global, que al inicio afectaba sólo a los países más desarrollados pero que en la actualidad ha presentado un incremento en aquellos países donde antes el mayor problema era la subalimentación o desnutrición, a los cuales ahora les toca enfrentarse con ambas caras de la malnutrición. La región de América Latina es un ejemplo, junto con el sur de Asia y algunas partes de África1.
La situación de obesidad se vuelve más preocupante, ya que afecta tanto a personas adultas como a más de 120 millones de niños (5-19 años) que viven con obesidad, según el informe sobre el Estado de la Seguridad Alimentaria y la Nutrición en el Mundo (SOFI 2021)2. Las estimaciones para el 2030 esperan que la obesidad infantil aumente en un 60%, alcanzando los 250 millones de niños con obesidad1, quienes se enfrentan a mayor riesgo de desarrollar enfermedades no transmisibles (ENT) de forma precoz. Esto es además importante en la actualidad, ya que las personas con obesidad tienen un riesgo mayor a presentar complicaciones frente al COVID-191,3.
Datos importantes sobre la obesidad:
- Es una enfermedad, que se define como la acumulación excesiva de grasa que representa un riesgo para la salud, la cual está impulsada por diversos factores, muchos de ellos, fuera del alcance del control del individuo que la padece1.
- La biología, los genes, la salud mental, el acceso a la atención médica y exposición a alimentos poco saludables ultraprocesados, son unos de los múltiples factores que ponen a las personas en riesgo de desarrollar obesidad1. Por lo que, combatir la obesidad, no es únicamente un factor de alimentación y actividad física o de voluntad de cambio de la persona; de ahí la importancia de eliminar este estigma.
- La obesidad es un factor de riesgo para otras ENT, como hipertensión arterial, eventos cerebrovasculares, enfermedades del corazón, diabetes y algunos tipos de cáncer. Además del mayor riesgo a complicaciones o muerte al contraer COVID-191,3.
- Se deben promocionar acciones que ataquen cada uno de los entornos que predisponen a la obesidad, como lo es el físico, el cual puede afectar nuestro acceso a alimentos saludables; así también la atención médica adecuada, las oportunidades para una vida sana y activa y el cuidado de la salud mental1.
- La obesidad infantil, además de predisponer a otras enfermedades no transmisibles, también se ha relacionado con un menor rendimiento académico y una menor calidad de vida en general1.
Por estas razones, cada 4 de marzo se celebra el Día Mundial de la Obesidad, con el fin de hacer un llamado a abordar las crecientes tasas de obesidad, así como reducir los estigmas a los que se enfrentan las personas que viven con obesidad, tanto a nivel individual, local, nacional y global. Este año se nos invita a ser conscientes de que “todos podemos trabajar juntos para garantizar una vida más feliz, más sana y larga para todos”1, ya que todos tenemos un papel en la lucha contra la obesidad.
Papel de la industria alimentaria
Uno de los factores que predisponen al desarrollo de la obesidad es la alta exposición a entornos no saludables, en este caso, a los alimentos y bebidas ultraprocesados, los cuales promueven un consumo excesivo de calorías3 que se traduce en aumento de peso corporal en forma de grasa. La industria alimentaria es responsable de la producción y distribución de estos alimentos, a bajo costo respecto a otros alimentos saludables, con alto contenido de calorías y nutrientes críticos (azúcar, grasa saturada, grasas trans y sodio)3,4, cuya ingesta debe ser reducida o nula5.
La ciencia ha demostrado que un mayor consumo de alimentos ultraprocesados se asocia con un riesgo mayor a desarrollar sobrepeso y obesidad4. Un estudio realizado por el Laboratorio de Nutrición Humana de la universidad ZAMORANO (2018), evaluó el contenido de nutrientes críticos (según el Perfil de la Organización Panamericana de la Salud/OPS), en 520 alimentos procesados y ultraprocesados distribuidos en Honduras. Los productos presentaron exceso de azúcar (75%), de sodio (37%) y de grasas totales (33%)5. De ahí que este entorno constituya un fuerte predisponente a desarrollar obesidad y sus consecuencias.
La industria alimentaria debe velar de manera responsable por el bienestar común y promoción de la salud, especialmente con la reformulación de los alimentos, con herramientas como el perfil de nutrientes de la OPS, y con ello prevenir daños en la salud. Reino Unido es un ejemplo de la efectividad de esta acción, donde comenzaron a reducir la cantidad de sal añadida a los alimentos y por consiguiente se obtuvo una menor ingesta de sal, una disminución de la hipertensión arterial y de la mortalidad cardiovascular3. Ello demuestra, que la industria alimentaria tiene el poder de afectar positivamente en la disminución de la obesidad y las ENT, y ZAMORANO comparte esta responsabilidad y compromiso con sus estudiantes.
Papel del entorno laboral e institucional
Este año en particular se hace mayor énfasis en el papel del entorno laboral en el combate de la obesidad, invitando a las instituciones, empresas o empleadores en particular a reconocer su papel en la creación de un mundo más saludable, tanto en el trabajo presencial como el trabajo desde casa1. Ello implica promover la alimentación saludable, la actividad física y la atención médico y nutricional, así como el apoyo práctico y emocional para mantenerse saludables y prevenir la obesidad.
Otro estudio realizado por el Laboratorio de Nutrición Humana de la universidad ZAMORANO (2019), evaluó la composición metabólica de 72 empleados de dos instituciones hondureñas (I y II). Del total de las mujeres de la institución I y II, según el índice de Masa Corporal (IMC), el 27% y 28% presentaron obesidad, así como el 31% y 67% de los hombres, respectivamente. La obesidad se relacionó directamente con la presión arterial6. Este tipo de información es relevante para desarrollar políticas e iniciativas del cuidado de salud con el apoyo de recursos humanos.
ZAMORANO ha promovido estos espacios de salud a través de diferentes actividades como el apoyo al club para personas con diabetes y enfermedades metabólicas, jornadas nutricionales, disponibilidad de servicios de nutrición, charlas y mensajes sobre estos temas. Además, las instalaciones del campus favorecen la realización de actividad física. A nivel académico, se brinda contenido nutricional desde segundo año hasta incluso postgrado, invitando siempre a la participación en estudios sobre la situación nutricional de diferentes poblaciones, dentro y fuera del campus.
Para aprovechar estos recursos, se requiere tomar conciencia de la importancia de la salud ¡Te invitamos a ser agentes de cambio!
Referencias bibliográficas:
- Federación Mundial de la Obesidad. Creando lugares de trabajo saludables. 2022. https://es.worldobesityday.org/employers
- FAO, FIDA, OMS, PMA y UNICEF. 2021. Versión resumida de El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo 2021. Transformación de los sistemas alimentarios en aras de la seguridad alimentaria, una mejor nutrición y dietas asequibles y saludables para todos. Roma, FAO. https://doi.org/10.4060/cb5409es
- Tan, He J, MacGregor A. Obesity and covid-19: the role of the food industry. 2020; m2237. doi:10.1136/bmj.m2237
- Lane M, Davis, Beattie S, Gómez‐Donoso C, Loughman A, O’Neil A, … Rocks T. Ultraprocessed food and chronic noncommunicable diseases: A systematic review and meta‐analysis of 43 observational studies. Obesity Reviews. 2020; 22(3). doi:10.1111/obr.13146
- Hernández A, Di Iorio A, Tejada O. Contenido de azúcar, grasa y sodio en alimentos comercializados en Honduras, según el etiquetado nutricional: prueba para la regulación de alimentos procesados y ultraprocesados. Revi Esp Nut Hum Diet. 2018; 22(2), 108–116.
https://doi.org/10.14306/renhyd.22.2.413
- lorio AD, Hernández A, Espinal R, Ariza E. Metabolic evaluation of Honduran employees of two institutions using a SECA 514 bioelectric impedance device. Adv Obes Weight Manag Control. 2019;9(3):79-89. DOI: 10.15406/aowmc.2019.09.00279