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Texto y fotografías: Ali Rubio (Herbario Paul C. Standley, IAD)

La familia de las compuestas es muy conocida por las características singulares de sus representantes, quienes son muy fáciles de reconocer pues su flor en general tiene el aspecto en variantes del girasol, a dicha inflorescencia se le conoce como capítulo o cabezuela. La principal característica del capítulo es estar formado, generalmente, por numerosas pequeñas flores con forma tubular, las cuales pueden tener o no lígulas, estas lígulas son las estructuras que sobresalen asemejando pétalos (Tapia Muñoz, 2010).

Presentan distribución cosmopolita, la cual se debe a su gran diversificación, la familia posee especies de importancia comercial: ornamentales, comestibles y medicinales (Rahman, et al., 2008; Adedeji & Jewoola, 2008). El mayor exponente de las especies comestibles de importancia es Lactuca sativa L., que comúnmente se conoce como lechuga. Igualmente se puede mencionar a la caléndula (Calendula officinalis L.) de quien se extrae aceite y a la estevia (Stevia rebaudiana (Bertoni) Bertoni, que se utiliza como edulcorante (Del Vitto & Penetenatti, 2009).

Además, todos los hábitos de las plantas se encuentran representados en esta familia, desde hierbas hasta árboles e incluso suculentas, su alta diversidad se puede deducir de los mecanismos desarrollados tanto para su propagación como por su gran capacidad de establecerse en todo tipo de ambientes, desde el nivel del mar hasta zonas alpinas (Tapia Muñoz, 2010; Del Vitto & Penetenatti, 2009).

Esta característica en particular es la que le ha dado a algunas especies la categoría de maleza, ya que es muy fácil para ellas desarrollarse en ambientes perturbados (Tapia Muñoz, 2010). Probablemente sería difícil para muchas personas imaginar que algunas especies con parentesco con el girasol puedan ser consideradas como malezas, pues al pensar en una planta así se visualiza colorido, gracia y belleza.

Entonces, ¿qué entendemos por maleza? en general, maleza se ha definido como: planta que se desarrolla en lugares donde interfiere con los objetivos de las labores agrícolas. Es así como esta valoración dependerá del sitio donde la planta se encuentre, en otras palabras, una maleza se considera como tal si crece en un cultivo, no siendo la especie que se desea cultivar (Pitty & Muñoz, 1991; Ramírez, Finot, San Martín, & Ellies, 1991). Por ende, este término no aplica en ecosistemas naturales (Ramírez, Finot, San Martín, & Ellies, 1991).

Mozote (Bidens pilosa L.)

Mozote (Bidens pilosa L.)

El problema de las malezas radica en su interacción con el cultivo objetivo y, esto se da a través de la competencia por recursos y las alelopatías, es decir, la influencia de un compuesto químico liberado por una planta sobre el desarrollo y crecimiento de otra planta. En este sentido, las malezas en general poseen ventajas fisiológicas, reproductivas, de adaptabilidad y resistencia a ambientes que para otras plantas pueden ser adversos. Sin embargo, hay muchos factores que intervienen en dicha interacción, lo que es de nuestro conocimiento gracias a su determinación taxonómica, ya que ese es el primer paso para poder conocer la biología de las especies, por ejemplo: crecimiento, métodos de propagación y agresividad (Lárez Rivas, 2007).

Sin embargo, muchas de las especies de Asteraceae consideradas como malezas están siendo investigadas por sus propiedades medicinales, por mencionar algunas, Tridax procumbens L., Bidens pilosa L., Eclipta prostrata L., Synedrella nodiflora (L.) Gaertn.  Asimismo, autores como Pappan & Thomas (2017) enlistan además de las ya mencionadas, a Emilia sonchifolia (L.) DC y a Crassocephalum crepidioides (Benth.) S. Moore., en su trabajo “Contribution of invasive plants in herbal medicinal practices”.

Como ya mencionamos, el término maleza depende del contexto, si una de estas especies fuese cultivada para extraer su principio activo para la elaboración de fármacos, sería entonces, el frijol, el maíz, entre otros cultivos, lo no deseado.

 

Bibliography

Adedeji, O., & Jewoola, O. (2008). Importance of leafs epidermal characters in the Asteraceae Family. Not- BdL Hon. Agrobot. Cluj, 36(2), 7-16.

Del Vitto, L., & Penetenatti, E. (2009). Asteráceas de importancia económica y ambiental. Primera parte. Sinopsis morfológica y taxonómica, importancia ecológica y plantas de interés industrial. MULTEQUINA, 18, 87-115.

Lárez Rivas, A. (2007). el, Claves para identificar malezas asociadas con diversos cultivos en el Estado Monagas, Venezuela II. Dicotiledóneas. UDO agrícola, 7(1), 91-121.

Pappan, A., & Thomas, B. (2017). Contribution of invasive plants in herbal medicinal practices. International Journal of Herbal Medicine, 5(2), 73-77.

Pitty, A., & Muñoz, R. (1991). Guía práctica para el manejo de malezas. El Zamorano, Honduras: Escuela Agrícola Panamericana.

Rahman, A., Alan, M., Khan, S., Ahmed, F., Rafiul Islam, A., & Matiur Rahman, M. (2008). Taxonomic Studies on the Family Asteraceae (Compositae) of the Rajshahi Division. Research Journal of Agriculture and Biological Sciences, 4(2), 134-140.

Ramírez, C., Finot, V., San Martín, C., & Ellies, A. (1991). El valor indicador ecológico de las malezas del centro-sur de Chile. Agro Sur, 19(2), 94-116.

Tapia Muñoz, J. (2010, diciembre 16). La Familia Asteraceae. Desde el Herbario CICY, 2, 82-84.

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