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De nacionalidad hondureña y líder mundial en la producción de leche de ganado bovino, Arnaldo Burgos, clase 1967, se ha convertido en uno de los graduados que hicieron posible la remodelación de la Casa Popenoe. Durante su visita para la reinauguración del edificio, Arnaldo compartió sobre lo que significa para él haber donado a la Casa Popenoe y lo que ha sido de su vida desde que dejó ZAMORANO.

¿Qué le hizo donar para la restauración de la Casa Popenoe?

Me mudé a ZAMORANO con mis padres en 1952, pero recuerdo como si fuera ayer, los días cuando de pequeño bromeaba con el Dr. Popenoe. Yo estaba muy pequeño, tenía cuatro años. Me trató muy bien, trató muy bien a mi padre, quien en ese tiempo era jefe de cocina del comedor estudiantil. Yo andaba por la Casa Popenoe y por el edificio principal y siempre miraba al doctor. Cuando me dejaba, corría adentro de su casa y salía por la cocina. Tengo presente su postura. Son bonitos recuerdos. Y bueno, me dije, que mejor cosa que aportar a la renovación de su casa para mantener vivo el recuerdo de un hombre tan grande como él. Hoy, al entrar a su casa me acordé de todo. La casa luce casi igual a como era antes.

Compártanos sobre su vida

Soy originario de Tegucigalpa donde mi padre trabajaba en la Fuerza Aérea de Honduras. Cuando nos mudamos a ZAMORANO hice mi primaria en la Escuela Alison Bixby Stone y mi secundaria en el Instituto Central de Tegucigalpa. Recibí una beca completa para estudiar en ZAMORANO y después otras becas para terminar mi pregrado en Southern Illinois University y mi maestría en Purdue University. Continué estudios de doctorado, pero a pocos créditos de terminar el programa mi beca se terminó. Regresé a Honduras y di clases en el CURLA (Centro Universitario Regional del Litoral Atlántico). Al tiempo regresé a Estados Unidos para trabajar en un rancho de ganado lechero por seis meses. Luego una compañía me contrató para trabajar en el área de nutrición de ganado lechero, y ahí me convertí en director de dicha área.

En 1977 decidí independizarme e iniciar servicios de consultoría en el Estado de Arizona. Poco a poco mis clientes aumentaron hasta que llegué a servir a la mayoría de ganaderos en ese estado, con ellos subí la producción de leche. En 1982, Arizona logró por primera vez convertirse en el estado número uno en cuanto a producción de leche en el país (sin contar Alaska o Hawaii). Arizona lideró la lista por varios años consecutivos.

Uno de nuestros logros ha sido obtener una de las mayores producciones de leche en el mundo con un hato de 107,000 bovinos produciendo 14,200 litro de leche por vaca en Arabia Saudita. Ya tengo 34 años de trabajar en ese país, viajo allá cada seis semanas.

¿Cómo ZAMORANO aportó a su éxito?

La formación de ZAMORANO fue enorme… aquí me formaron la disciplina de trabajo, de respeto, de limpieza, de higiene, de orden… me enseñaron a priorizar, a escoger entre lo bueno y lo malo y a asumir las consecuencias de ambos. Sin esto, yo no creo que hubiera salido adelante.

¿Qué consejo le gustaría dar a los estudiantes de ZAMORANO?

Nunca hagan lo que no les gusta hacer. La vida solo se vive una vez, hay que tener pasión para vivirla. Hay que soñar y perseverar en ese sueño, hacerlo realidad, nunca dejar de luchar. Muchas veces yo no quería seguir, por el rechazo o porque no encontraba clientes… pero seguía luchando.

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