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Esta graduada logró establecer una empresa que actualmente distribuye marcas reconocidas como Oregon, Raisman y Farmtek, además de contar con su propia línea de productos que son comercializados en el mercado nacional, a través de sucursales en los departamentos de Atlántida, Colón y Yoro.

Saber que el trabajo todo lo vence y tener una mentalidad ganadora ha permitido a Doniris Fernández, clase 2006, impulsar su propio emprendimiento mediante el establecimiento de una empresa dedicada a la prestación de servicios, comercialización y distribución de repuestos, maquinaria y accesorios, con un catálogo de más de 1,200 productos para el mercado agrícola, agropecuario, forestal, de jardinería y doméstico, que se vende y distribuye en el territorio hondureño.

Esa mentalidad ganadora que hoy posee es el fruto de la formación que le brindó Zamorano, institución a la que ingresó motivada por sus padres, que siempre tuvieron la certeza que sería una base determinante para su vida, ya que la experiencia del trabajo en el campo, “en la tierra”, sería algo único que en ninguna otra universidad del mundo experimentaría, asegura.

Formarse bajo el pilar del aprende-haciendo, enseñó a esta zamorana mucho sobre sí misma, fortaleció su capacidad de hacer y aprender todo lo que se proponga y que nada es imposible si se hace con convicción. “El hecho de ser mujer y obtener esa fortaleza es una experiencia única y necesaria para poder enfrentar un mundo laboral y competitivo donde la mayoría son hombres. Lo único que te puede diferenciar al final del día, es tu mentalidad, tu actitud hacia la vida y es lo que enseñan en Zamorano”, agrega.

Doniris sostiene que desde el primer día de su ingresó al campus, tuvo claro que el objetivo de esta universidad era crear una mentalidad de ganadores en cada uno de los estudiantes. “El Zamorano todo lo puede, gracias a esa mentalidad diferente, el poder levantarte después de cualquier revés con más ganas que antes, saber que el trabajo lo vence todo, pero principalmente el amor, amor al trabajo, a cualquier actividad que debamos desarrollar día con día, ya sea con un machete o en la oficina, es y siempre será para mí la lección más importante y es la que me ha ayudado hasta el día de hoy”, expresó.

Una década de un sueño cumplido

Esas lecciones y aprendizajes le permitieron abrirse paso en el campo laboral por más de un año, sin embargo, su anhelo era establecer su propia empresa, y esas ganas de prosperar y salir adelante la impulsaron a comenzar en 2008, un emprendimiento en una tienda de 30 metros cuadrados y poco inventario. Es así como comenzó distribuyendo productos locales, y para 2013 logró la confianza de empresas extranjeras para la venta de marcas reconocidas mundialmente, que le permitieron crecer y abrir sucursales en tres departamentos de Honduras, además de contar con talleres en diversas partes del país.

En la actualidad, Remaagro, como llamó a la empresa, cuenta con su propia marca de equipos con buena aceptación en el mercado nacional. Y aunque el camino por recorrer aun es largo, esta graduada, trabaja en hacer crecer su sueño y posicionarse como una solución para sus clientes, a fin de extenderse a otros departamentos, y generar más empleos. “Seguimos apostando, ser emprendedor en Honduras requiere de mucho sacrificio, trabajo duro y sobre todo mucha disciplina y fe de que todo lo que se proponga si se hace con convicción se puede lograr, Remaagro inició como un sueño y cada día vemos como empieza a tomar más forma”, añade.

Doniris es una de las tantas graduadas que generan empleo y bajo su rol de CEO se encarga de la estrategia de la empresa, colocar objetivos claros para seguir creciendo, estar siempre atenta a los desafíos que se presenten mediante constante investigación del mercado, negociaciones con proveedores, temas de marketing, recurso humano y finanzas,  esto le permite estar al tanto de lo que sucede en el negocio en todos los niveles, incluyendo el proceso creativo y de nuevos productos para llegar a más personas en los rubros en que trabaja.

Reconoce que el gran alcance que tiene la universidad a nivel mundial en el sector agrícola, y el hecho de ser una de sus graduadas le ha abierto puertas con personas de otros países que han tenido relación directa o indirecta con la institución. El panamericanismo otro de los pilares esenciales de Zamorano que le permitió conocer sobre las culturas de otros países, fue esencial y fortaleció la capacidad de comprender las distintas formas de pensar y de ser, que son vitales cuando se quiere trabajar a nivel internacional haciendo negocios.

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